“Un año bisiesto es aquel que tiene 366 días en lugar de 365, es decir un día más añadido al mes de febrero, lo que sucede cada cuatro años; febrero de 2024 tiene 29 días y volverá a suceder hasta el año 2028”
Para muchos de nosotros, seguramente es totalmente indiferente si febrero tiene 28 o 29 días y menos nos interesa saber cómo surge esto que da origen al denominado año bisiesto. Pero algunos si nos habremos preguntado cómo surge sin saberlo a ciencia cierta.
Lo más factible es que lo hayamos visto cuando estudiamos nuestra educación primaria, por lo que seguramente no nos acordamos de lo que en su momento vimos; desafortunadamente en el actual plan de estudios no lo tratan ni de manera superficial, ya que se enfocan en aspectos más relevantes y de utilidad, esto último lo estoy suponiendo sin mayor conocimiento, debo reconocerlo.
Pero para no estar suponiendo cosas, mejor me dí a la tarea de investigar y lo que encontré fue realmente sorprendente y lo quiero compartir con ustedes.
Cómo surgen los años bisiestos?
Para empezar, es importante comentar, que desde hace miles de años en las antiguas civilizaciones, el ser humano se ha caracterizado por su extraordinaria capacidad para identificar patrones en la naturaleza. Gracias a esta habilidad innata, el ser humano no tardó demasiado en descubrir en el cielo estrellado un método para predecir cuándo llegaría el frío y el calor. Descifrar el ciclo lunar tampoco fue difícil.
Hace aproximadamente 11 mil 700 años, coincidiendo con un clima más estable y cálido, la humanidad se asentó, dejó de ser nómada, creó la agricultura y sociedades complejas. En los principios del período Holoceno, período que se caracterizó por condiciones climáticas muy adversas, se hizo necesario, sobre todo para atender las actividades agrícolas, empezar a organizar el tiempo, los primeros intentos fueron bastante rudimentarios y se basaban en las fases lunares.
La creación del concepto de calendario, tal como se entiende actualmente se remonta unos 4 mil años. La civilización sumeria considerada la primera civilización urbana de la humanidad, la que surge en el sur de Mesopotamia entre los ríos Tigris y Éufrates y remonta sus orígenes a las culturas neolíticas y especialmente a la cultura Uruk, una de las más antiguas conocidas, ordenó el año en un sistema de 12 meses, cada uno de ellos de 30 días.
Los problemas no tardaron en hacerse presentes, se trataba de un método diseñado a partir de las fases del satélite natural, pero que no había incluido el ciclo solar. Los ajuste eran constantes y de lo más caóticos ya que entre las soluciones que encontraron estaba añadir meses en algunos años.
Los egipcios fueron los primeros en plantear un calendario solar con 365 días en el que había doce meses de treinta días cada uno y cinco días que se añadían al final. Sin embargo, los ajustes también eran frecuentes.
Los sumerios, babilonios y egipcios no tuvieron en cuenta que el universo no es tan preciso y que la tierra necesita para completar una vuelta alrededor del sol exactamente 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45.5 segundos, un tiempo que se conoce como Año Trópico. Esto implica que, si solo se mide el año con 365 días y no se realiza ningún ajuste, las fechas empiezan a desfasarse respecto al reloj astronómico.
Uno de los primeros intentos de considerar la cuestión de las horas, minutos y segundos adicionales se llevó a cabo durante la época de los romanos, no sin antes poner orden a un sistema muy caótico. El primer calendario romano era lunar y solo tenía diez meses, además de 61 días sin asignar. Al emperador Julio César le preocupaba este desorden y encargó diseñar un nuevo calendario que se sincronizase con las estaciones. Es decir, que la primavera, el verano, el otoño y el invierno comenzaran siempre en las mismas fechas.
En el Concilio de Nicea celebrado en el año 325 después de Cristo, se estableció que el inicio de la estación primaveral fuese el 21 de marzo. Esta medida originó una reforma del calendario impulsado por Julio Cesar. Se propuso que cada cuatro años hubiese uno con 366 días, lo que bautizaron como bisiesto, el día que se añadió fue el 24 de febrero.
El término procede del talín “bis sextus diez ante kalendas Martias” que significa “repetido dos veces el sexto día antes del uno de marzo”. Esta solución corregía las cinco horas adicionales.
El sistema funcionó muy bien durante los primeros años, aunque no tuvo en cuenta el desfase que generaban los minutos y segundo adicionales. Como consecuencia, la primavera comenzó a adelantarse a razón de un día cada 128 años.
En 1582, la estación primaveral comenzó un 11 de marzo. Un problema que el papa Gregorio XIII se propuso solucionar creando una comisión del calendario, de la que formaron parte ilustres de la época como Cristóbal Clavio, un astrónomo que había sido propuesto por Galileo Galilei.
Tras escuchar a los científicos, Gregorio XIII tomó dos decisiones. Ordenó que ese mismo año, después del 4 de octubre no fuese el 5, sino el 15, robándole así diez días a la historia. Además, realizó una segunda reforma del calendario de tal modo que el día adicional sería el 29 de febrero y además dejarían de ser bisiestos los últimos años de siglo que no fuesen divisibles por 400. Con esta nueva modificación, el calendario gregoriano, que se usa prácticamente en todo el planeta, poco a poco va ajustándose a la duración exacta del Año Trópico.
Reflexión final.
Resulta apasionante adentrarse en estos temas, es increíble que hace varios miles de años ya había personas que podían realizar este tipo de descubrimiento, para mí en lo personal es prácticamente imposible de creer, dudando si en la actualidad hemos avanzado o retrocedido en comparación con las civilizaciones que hemos mencionado.
Artículo escrito por José Antonio Anguiano Cortés, que se publica en el blog HIT – Hagamos de la Inclusión un Todo bajo la responsabilidad del autor.
Muy interesante. Gracias por la información.
Estimado Humberto, nos da mucho gusto saber tu opinión en la que manifiestas que nuestro artículo te pareció interesante, eso nos obliga a publicar artículos que sigan por esta línea. Saludos cordiales
Woow que interesante!!
Francamente yo no lo sabía, o como bien dices, lo he de haber visto en primaria pero tenía olvidado por completo.
Gracias por la información.
Estimada Paty, muchas gracias por tu comentario nos alegra que nos hayas escrito y que te hayas expresado de esa manera, es una realidad que muchas personas nos han manifestado por otros medios que desconocían como habían surgido los años bisiestos. Esperamos seguir contando con tus comentarios a nuestros artículos. Saludos cordiales