Hola me llamo Rafael Flores, soy una persona con discapacidad visual, en la actualidad no tengo problema en decirlo pero no siempre fue así. Al principio fue muy duro aceptar que tenía una discapacidad, no solo para mí, también lo fue para mi familia.
Desde mi nacimiento, el glaucoma se hizo presente.
Nací con glaucoma, lo que más recuerdo de mi infancia es que estuvo marcada por un sinfin de cirugías, el quirófano era mi segundo hogar, mi primera operación fue a los 6 días de nacido, sin embargo gozaba de un remanente visual aceptable, me encantaba dibujar caricaturas, leer libros y jugar video juegos.
No obstante, la vida me tenía preparado un desafío aún mayor, toda vez que a los 6 años de edad perdí la visión de mi ojo derecho, lo tengo fresco en mi memoria como si hubiera sido ayer. Una mañana le dije asustado a mi mamá: no veo con este ojo.
El glaucoma y la malformación de iris fue mucho más fuerte y la pupila tenía un color grisáceo, mucha gente me preguntaba en la escuela, compañeros y maestros ¿Por qué tienes los ojos así? lo único que se me ocurría era preguntarle a mis padres, aún era un niño ingenuo. Fui sometido a una cirugía de evisceración de globo ocular derecho y luego me colocaron una prótesis que se fue sustituyendo conforme crecía, lo cual significó entonces que solo contaba con un ojo con buen remanente visual.
Así pues seguí adelante con mi vida, mi padre siempre me inculcó la práctica de artes marciales. Desde muy pequeño a los 4 años de edad practiqué judo, taekwondo y lucha grecorromana, participando en competencias en las que gané varias medallas y trofeos. Por su parte mi madre me apoyó con mi educación y aun lo sigue haciendo. La familia en ningún momento me trató diferente y siempre me sentí incluido.
A los 13 años, mi vida cambió para siempre.
Cuando tenía 13 años, ocurrió un acontecimiento que cambiaría mi vida para siempre, el glaucoma se acentuó de forma repentina puesto que la presión ocular se incrementó y a pesar de ser intervenido quirúrgicamente no bajaba, solo después de 5 operaciones consecutivas una cada tres semanas la presión bajo, pero el nervio óptico se atrofió lo que originó la perdida de la visión en el ojo que aún me permitía ver.
Lo anterior fue algo totalmente inesperado, que no me permitió reaccionar, ni pensarlo para asimilarlo y tomar conciencia de mi nueva situación, simplemente ocurrió así; fue un giro de 180 grados, quedándome con una pequeña luz que percibo proporcional al tamaño del orificio de una cabeza de un alfiler.
Mi vida cambió radicalmente en un abrir y cerrar de ojos, fueron muchos los ¿por qué? pasando por mi mente. Sin embargo le agradezco a Dios haberme dado unos excelentes padres y hermanos, grandes amigos y extraordinarios maestros que me han apoyado y lo más importante creyeron en mí y aun lo siguen haciendo.
Mi proceso de aceptación y rehabilitación.
Mi proceso de aceptación y rehabilitación fue un trabajo arduo que requirió de muchas lágrimas, actitud firme, motivación, voluntad, resiliencia y perseverancia ante la adversidad, sobre todo cuando es la misma sociedad la que te mira diferente, como si fuera un ser inferior y sin valor, subestimando mis capacidades, cuando solo queremos formar parte del grupo y no ser admirados, queremos sentir que le importamos a la gente, sentir una caricia, pasar un rato agradable con amigos sin rechazos, sin sobreprotección, sentir que nos escuchan, sentirnos amados, no percibir miedo, inquietud de las otras personas porque somos diferentes.
Muchas veces es difícil destruir el muro de los prejuicios, me gustaría que la gente se diera la oportunidad de conocerme más allá de mi discapacidad, ignoran que detrás hay un ser humano con potencial.
Por esa razón, me propuse como objetivo destruir esquemas mentales. Me gradué con honores de abogado, con el propósito de promover y defender los derechos de personas con diversidad funcional. Posteriormente culminé la Maestría en Derecho Laboral y estoy por finalizar el Doctorado en Gerencia.
Nuevos horizontes en mi vida.
A pesar del éxito académico y profesional sentía que algo faltaba en mi vida, comencé a involucrarme en diversos emprendimientos, era algo que tenía en mi corazón desde pequeño, recuerdo que yo le lustraba los zapatos a mi papá y el me pagaba.
Ya de adulto emprendí en el mercado artesanal, prendas de confección, productos lácteos y sus derivados, posteriormente con una empresa familiar consolidada incursioné en la venta y distribución de productos y artículos de limpieza ecológicos y biodegradables.
¿Cómo deseo trascender?
La lectura y la escritura creativa siempre fueron mis pasiones y comencé a plasmar el conocimiento adquirido y mis vivencias convirtiéndome en articulista en temas de crecimiento personal, liderazgo, emprendimiento.
Me preguntarás ¿Cuál fue tu motivación? después de reflexionar en un momento determinado de mi vida, comprendí que los sueños tienen un nivel superior cuando se derivan de una adversidad, que al perder un sentido no se acaba el mundo, lo único que sucede es que adquieres una visión diferente de vida, es la que denomino “La visión de éxito”.
La verdadera discapacidad es cuando permites que tus limitaciones arropen tus sueños, así como el ser interno, reflejándose en el ser externo haciéndote sentir inferior. En este sentido la discapacidad no es una adversidad sino un reto de vida y nuestra mayor ventaja competitiva.
En retrospectiva puedo decir que adquirir la discapacidad visual ha sido la mejor y enriquecedora experiencia que la vida me ha regalado, estoy convencido que sin ella no hubiera podido ser lo que soy, toda vez que adquirí determinadas habilidades y destrezas para comenzar un nuevo propósito, llegar lo más lejos que pueda en cada aspecto de mi vida.
Deseo inspirarte desde mi experiencia de vida como persona con discapacidad visual, a lograr tus sueños a pesar de las limitaciones, circunstancias y adversidades, alcanzar el éxito y trascender.
Te enseñaré a percibir más allá de tus sentidos, a destruir paradigmas, aportando valor a tu vida, de igual manera aprenderás las leyes, principios y valores, así como las estrategias y los hábitos de éxito que se deben cultivar para transformarse en visionarios de éxito.
Recuerda, no se necesita ver para tener una visión de éxito, en la oscuridad de mi entorno decidí brillar, tú también puedes ser luz en la oscuridad tienes todo para triunfar.
Ya te conté mi historia, te invito a que hagas un recuento de tu personalidad, qué te gusta, qué no te gusta, para qué eres bueno y en qué cosas eres pésimo. Descubrirás talentos extraordinarios que jamás pensaste que tenías, de igual forma encontrarás debilidades que también forman parte de ti, lo cual no inhibe lo extraordinario de tu ser.
Siempre ten presente que a partir de la aceptación de nuestras limitaciones descubriremos las fortalezas. Diviértete con este ejercicio descubre el visionario de éxito que está en tu interior y muéstraselo al mundo.
Rafael G Flores B. abogado, articulista en temas de: crecimiento personal, liderazgo, gerencia, emprendedor, conferencista motivacional. Persona con discapacidad visual, con visión de éxito.
Instagram: @visiondeexitooficial