Organizaciones de la sociedad civil e instituciones de gobierno trabajan en el diseño de una evaluación y certificado de discapacidad que pasa de una visión netamente médica a una visión biopsicosocial basada en derechos humanos.
Actualmente, cuando una persona con discapacidad se incorpora a un trabajo, ingresa a una escuela, requiere de alguna ayuda técnica o asistencial o simplemente requiere un expediente para justificar algún tipo de beneficio, se le pide tener un certificado, constancia o valoraciones sobre su discapacidad, y acudir a una instancia del sector salud para tramitarlo.
Sin embargo, a nivel federal se emiten distintos certificados, no existe una homologación, y todos ellos están basados en una visión meramente médica.
A partir de la reforma en 2018 a la Ley General de Salud donde se indica que es responsabilidad del sector salud expedir un certificado de discapacidad, distintos organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil comenzaron a trabajar en abril de 2019 en un certificado basado en una visión biopsicosocial y no sólo en una visión médica.
Además, para su diseño se consideran como base dos instrumentos internacionales: la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud (CIF). Esto fue informado por distintos especialistas en el webinario Certificado de Discapacidad organizado por CONFE (Confederación en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual).
¿Qué significa una visión biopsicosocial?
“Todas las personas con discapacidad que tenemos una serie de actividades en nuestro entorno sabemos que hoy por hoy lo mínimo que nos van a preguntar es: ¿Tienes una discapacidad? ¿Cuál es la que presentas? En mi caso, por ejemplo, nos dicen regularmente que soy persona con discapacidad visual y que tengo la posibilidad de incorporarme a un trabajo”
Comentó Ernesto Rosas, vicepresidente de la asociación civil Libre Acceso.
Según explicó Ernesto, quien forma parte del grupo técnico que trabaja en el diseño de este certificado, además de saber que una persona presenta alguna deficiencia física, sensorial, intelectual, psicosocial, etc. “con este certificado sabremos cuál es la funcionalidad de la persona. Ya no sólo sabremos que no ve, ahora sabremos que no ve pero hoy está rehabilitado y puede usar un bastón blanco, que puede usar una silla de ruedas, un aparato auditivo…”
Este instrumento tendrá una serie de preguntas donde se podrá conocer cuál es la condición de su estructura física, sus posibilidades para desarrollarse en su entorno familiar, cuáles son las facilidades que el entorno le brinda, cuáles son sus características personales, dónde vive, cuál es su actividad, su nivel educativo, etc.
El objetivo es que este certificado se pueda mostrar a cualquier instancia y pueda acreditar que una persona tiene una discapacidad pero también una funcionalidad que le permite trabajar, educarse y no tener ningún inconveniente.
¿Qué es el CIF?
Como se comentó anteriormente, el diseño de este certificado se basa en dos instrumentos internacionales: la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad y la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud (CIF).
Según la Conadis, la CIF pertenece a la “familia” de clasificaciones internacionales desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pueden ser aplicadas a varios aspectos de la salud. Esta familia de clasificaciones de la OMS proporciona el marco conceptual para codificar un amplio rango de información relacionada con la salud y emplea un lenguaje estandarizado y unificado, que posibilita la comunicación sobre la salud y la atención sanitaria entre diferentes disciplinas y ciencias en todo el mundo.
Verónica López, especialista en rehabilitación y trabajo, instructora de la CIF y titular de la Unidad de Rehabilitación del IMSS, indicó que la CIF no pretende clasificar a las personas, pretende generar perfiles de funcionamiento y a partir de esos resultados formar perfiles del individuo y población, y clasificar estas características.
“Rebasa el mero concepto de individuo. Transita por la actividad personal (lo que yo hago como individuo) y va más allá porque nos habla del desempeño en la sociedad de ese individuo, nos habla de las condiciones en las que vive, no sólo arquitectónicas sino de índole actitudinal, normativo, cultural, social incluso.”
Verónica indicó también que la CIF pretende ser de utilidad no sólo para el personal de salud ya que se puede usar para accesibilidad en turismo, políticas públicas, investigación, trabajo social, terapias y psicología.
La CIF fue el instrumento utilizado este año para la definición de las preguntas relacionadas con el tema de discapacidad dentro del CENSO 2020.
¿Cuál es el estatus actual del nuevo certificado?
Además del certificado, se está trabajando en una norma oficial para que pueda ser implementado. Verónica López informó que la norma ya se encuentra en borrador, y una vez que esté mejor estructurada, se dará a conocer al resto de la sociedad civil y asociaciones involucradas en el tema.
No se tiene fecha definida para la publicación del certificado ya que es un proceso largo de análisis y discusión, y que requerirá de un “pilotaje”, es decir pruebas con las personas con discapacidad y las instancias públicas.
“Las personas con discapacidad y sus organizaciones debemos ser escuchadas, debemos ser contempladas para que este instrumento realmente logre alcanzar los elementos que verdaderamente deben existir” comentó Ernesto Rosas, especialista en derechos de las personas con discapacidad visual, quien invitó a las personas y asociaciones civiles a sumarse al grupo de trabajo. “Es una corresponsabilidad de las personas con discapacidad acercarnos para conocer de qué se trata y promoverlo”.
Además, dado que este certificado implica una evaluación para poder emitirlo, a futuro será indispensable que el sector salud esté capacitado en todo el país para realizar esta evaluación por lo que requerirá un proceso de capacitación a nivel federal. Mientras tanto, los certificados actuales siguen vigentes.
“No es un asunto que se definirá a corto plazo pues se siguen discutiendo aspectos como los ambientales, pero tarde o temprano tendremos un instrumento más con el que haremos valer nuestros derechos.”
Comentó Ernesto Rosas
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