“Con lujo de violencia y sin mayores miramientos la guardia nacional contuvo a un grupo de peligrosos manifestantes que se dirigían a Palacio Nacional”.
El martes 12 de marzo quedará en la memoria de la mayoría de los habitantes de nuestro querido México, la imponente policía con que contamos para la seguridad de todos nosotros, al ver y escuchar en los noticieros dos caras totalmente opuestas del accionar de nuestros cuerpos policiales, la primera cara la pudimos observar en la ciudad de Chilpancingo y la otra en la ciudad de México.
Veamos primero la situación que se presentó en la ciudad de Chilpancingo.
Indefensos y mansos policías intentan detener a estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
A raíz del asesinato de un estudiante de la normal mencionada, se dice que por un policía de esa zona, se han dado una serie de manifestaciones, algunas muy violentas, por parte de los estudiantes quienes reclaman el asesinato de su compañero, además porque supuestamente el policía que le disparó huyó sin dejar rastro alguno, cuando habían informado que estaba en manos de las autoridades esperando la orden de aprehensión.
El martes citado, los estudiantes invadieron las instalaciones de la Fiscalía del estado de Guerrero, ubicadas en Chilpancingo, causando innumerables destrozos y quemando diez automóviles que se localizaban en el estacionamiento.
Y es aquí cuando hace su aparición la policía, intentando con una gran estrategia contener a los jóvenes, quienes al verlos arremetieron contra ellos hasta replegarlos del lugar, sin que los policías hicieran algo para imponerse, es más, se veían asustados e indefensos.
Se dice, se comenta y se rumora que la estrategia que utilizaron fue la de “abrazos, no balazos ni agresiones, es más ni malas palabras”.
Veamos ahora el segundo caso:
Con gran demostración de poder, la policía contiene a peligrosos manifestantes que se dirigían a Palacio Nacional.
El martes que hemos mencionado, un grupo de personas se dirigían a Palacio Nacional para manifestarse exigiendo oportunidades laborales. Cabe mencionar que no iban armados, vaya ni siquiera llevaban palos o piedras, lo único que llevaban era la impetuosa necesidad de trabajar.
Y aquí aparece la policía, ahora si con fuerza, con golpes, jaloneando y utilizando sus escudos antimotines, repelieron a los peligrosos manifestantes, parecía que se enfrentaban a una banda del crimen organizado.
Perdón, se me olvidaba decirles un pequeño detalle, el grupo de manifestantes que solicitaban mayores oportunidades laborales, eran personas con discapacidad visual, es decir personas ciegas y de baja visión.
La dura reacción en la mañanera.
En el transcurso de la mañanera al día siguiente, es decir el miércoles 13, no hubo una sola mención para la agresión que sufrieron las personas ciegas y de baja visión, pero para lo que sucedió en Chilpancingo, comentó que los estudiantes tienen derecho a manifestarse, pero que se moderen y sobre todo que no agredan a la policía, ya que son personas igual que ellos, que además no van a caer en provocaciones.
Reflexión final.
Me parece que cualquier comentario adicional sale sobrando.
Artículo escrito por José Antonio Anguiano Cortés, que se publica en el blog HIT – Hagamos de la Inclusión un Todo bajo la responsabilidad del autor.