“¿Cómo es la luna?, le preguntó la joven ciega de nacimiento a Beethoven, quién ante la imposibilidad de describirla con palabras, compuso esta hermosa sonata para que ella la pudiera imaginar”
Esta hermosa sonata en lo personal ya la había escuchado y siempre me pareció una obra clásica muy hermosa, pero cuando conocí lo que inspiró al inmortal compositor alemán Ludwig van Beethoven, la pude apreciar de una manera muy diferente y maravillarme aún más con esta hermosísima sonata.
La leyenda me la contó mi maestro de música, un pianista muy talentoso llamado Omar Molina Herrejón, de quién publicamos su historia de vida en este blog, es una historia de vida realmente sorprendente de una persona que desde muy temprana edad perdió la vista y ha logrado grandes éxitos en su vida.
El maestro Omar Molina nos da clases de música a personas con discapacidad visual en el Centro de Atención Integral para personas con discapacidad visual del Centro de Rehabilitación y Educación Especial, que reporta al DYF Estatal y se localiza en la ciudad de Morelia, Michoacán.
En la clase además de enseñarnos a tocar el instrumento que cada uno hallamos seleccionado, nos complementa con espacios de percepción musical y nos comenta información relacionada con la música y es la que quiero compartir con ustedes con esta leyenda.
Disfrutemos de la leyenda.
Se cuenta que una noche Beethoven y un amigo estaban caminando por las calles de Bon, y al pasar por uno de los barrios más pobres, se sorprendieron de oír música bien interpretada, proveniente de una de las casas.
Beethoven con su usual intrepidez, cruzó la calle, abrió la puerta de un empujón e ingresó a la casa sin anunciarse. La habitación era precaria, y estaba iluminada por una débil vela. Un hombre joven se encontraba trabajando sobre un banco de zapatero en un rincón. Una joven mujer, aún casi una niña, estaba sentada frente a un viejo piano cuadrado.
Ambos se sobresaltaron por la intromisión, pero su sorpresa no fue mayor que la de Beethoven y su amigo al enterarse que la joven era ciega. Beethoven, un tanto confundido, se apresuró para disculparse, y explicó que había quedado tan impresionado con la calidad de ejecución de la joven, que había apresurado por averiguar quién era quién estaba tocando en ese mismo momento esa noche y en ese barrio de la ciudad.
Luego, preguntó amablemente a la muchacha dónde había aprendido a tocar, a lo cual ella respondió que un tiempo vivieron al lado de una mujer que estudiaba música, y quien pasaba gran parte de su tiempo practicando las obras del gran Maestro Beethoven. Ella había aprendido a tocar muchas de las piezas del Maestro tan sólo oyendo practicar a su vecina. Al escuchar lo que aquella joven le decía, Beethoven se conmovió gratamente por lo que la invitó a dar un corto paseo por las calles de ese barrio, era una hermosa noche alumbrada por una enorme y brillante luna, situación que Beethoven le comentó a la tierna joven, quién le preguntó con gran inocencia: “¿Cómo es la luna?” Beethoven ante la imposibilidad de describirla con palabras, compuso esta hermosa sonata para que ella la pudiera imaginar.
Una composición fuera de su estilo habitual
Beethoven no compuso la sonata Claro de Luna según la manera tradicional de rápido, lento y rápido que usaba generalmente, comienza con el Adagio lento, seguido por el Allegretto lento y termina con el fuerte Presto Agitato.
La primera parte es suave, inclusiva y triste. El compositor francés Berlioz afirmó que era como “una especie de poema que no se podía describir con palabras”. Mientras tanto, un antiguo alumno de Beethoven, Carl Czerny, suponía que representaba “una noche con sonidos sombríos que venían de un lugar lejano”.
La segunda parte, Allegretto, transmite una sensación de serenidad debido a la frescura de las notas, descritas como puras y esperanzadoras. Es un movimiento corto, como un puente entre el primero y el tercero. El compositor Franz Liszt lo consideraba “una flor entre dos abismos”.
La tercera parte es la tormenta de la Sonata Claro de Luna. Las notas rápidas y poderosas revelan emociones intensas.
La sonata en Do Menor para piano Claro de Luna fue escrita por Beethoven en 1801, rápidamente se convirtió en su obra para piano más popular y lo sigue siendo en la actualidad. Inexplicablemente esa gran popularidad frustró a Beethoven, quién en innumerables ocasiones comentó “Siempre están hablando de la Sonata en Do menor, he compuesto cosas mejores”.
La Sonata Claro de Luna es considerada la primera creación de Beethoven al inicio de su pérdida gradual de audición. El pesar y pérdida en la obra, las oraciones y la furiosa tormenta final, crean una de sus más grandes obras y un legado de las maravillas de Beethoven.
Como una aportación de HIT – Hagamos de la Inclusión un Todo, te compartimos el enlace de nuestro canal en YouTube para que escuches la interpretación magistral del Maestro Omar Molina Herrejón y disfrutes de esta hermosa sonata.
Reflexión final.
Definitivamente la música clásica es hermosa, compuesta por un grupo de grandes maestros que después de muchos años siguen presentes en todo el mundo, sus obras se escuchan en los mejores teatros y salas de concierto en todos los países, afortunadamente para quienes nos gustan este tipo de música.
Estoy seguro que aunque no sea de tu total agrado la música clásica, disfrutarás y quedarás maravillado al escuchar la sonata Claro de Luna.
Artículo escrito por José Antonio Anguiano Cortés, qiue se publica en el blog HIT – Hagamos de la Inclusión un Todo, bajo la responsabilidad del autor-
Como siempre es un gusto y un placer leer tus artículos que me ilustran, me motivan y me resultan interesantes hoy por la noche apagare ka luz y en la obscuridad escucharé está sonata claro de luna para tener e.pstia con la chica de la leyenda.
Estimada Lilia, nos agrada mucho saber primero que lees nuestros artículos y segundo que te son de utilidad y te aportan algo en su contenido, vale mucho la pena hacer el ejercicio de sensibilización que mencionas, lo que seguramente te permitirá disfrutar aún más esta maravillosa sonata. Saludos cordiales.