Historia de mi vida, Erika Ortiz

Quién iba a decir que teniendo en casa una persona con discapacidad visual, en mi adolescencia años más adelante, también heredaría la misma enfermedad.

Eso me preguntaba una y mil de veces al estar hospitalizada 15 días después de mis 15 años. Una fiesta deseada como muchas de las muchachas soñadoras como yo. Con mi vestido largo, chambelanes, mis amigos y amigas, casi todo lo que yo soñaba tener y ahora, postrada en una cama de hospital en calidad de urgencia, para lograr recuperar la poca vista que podría regresar antes de que me quedara casi ciega.

¡Culpando a dios por mi estado, preocupada por mis padres porque si bien sufrieron antes por mi hermano el mayor por perder la vista, ahora conmigo!

No sé por qué pensaba que yo también sería una carga, si mi hermano aún con su discapacidad, mostró capacidad, talento y ganas de vivir y hacer algo por los demás; quizá porque en algún momento de mi niñez cuando tenía que llevarlo algún lugar, en vez de jugar y estar con mis amiguitas, tenía que guiarlo alguna parte que necesitaba ir.

En mis pensamientos y recuerdos venía el rechazo de quien fuera ya mi primer novio, las contadas visitas de mis amigas, pero mi familia, ahí estaba, al pendiente de mí y de mis padres. Y en algunas veces, mi novio que tenía en ese tiempo.

Así que en ese Hospital General de la Ciudad de México, pasé un poco más de un mes, para que mi recuperación fuera lo mejor posible, pero mientras permanecí ahí, lloraba y lloraba, no comprendiendo esa parte bíblica donde Jesús curaba al ciego de Jericó y donde ese mismo ciego le gritaba “señor, ten misericordia de mí”. Y eso justamente antes de quedar dormida para mi operación, grité con todas mis fuerzas dentro de mí: “señor, ten misericordia de mí”.

Lo que puedo decirles luego de ese mes en el hospital y al salir de él, que Dios tuvo misericordia de mí, supongo porque no quiso que cumpliera mi promesa luego de un arrebato que tuve por estar casi ciega, que, si no me devolvía la vista, yo misma me quitaría la vida. ¡Al menos eso pensaba, no sé si lo hubiera cumplido, pero de que se lo dije a Dios, lo dije!

Y para no hacer muy larga mi historia, quiero contarles que a esa edad de 15 años y 3 más, no fueron tan fáciles, estuve unos meses en cama, perdí a mi primer novio, mis amigas me dejaron de hablar, se me quitaron las ganas de seguir componiendo canciones románticas, el deseo de escribir y dibujar, esto último, no me preocupé tanto, la verdad fui muy mala para el dibujo.

No recuerdo si era alegre o risueña, pero lo que sí recuerdo, es que era muy traviesa, un poco bromista y soñadora. Pero cuando me metieron a una escuela de rehabilitación, pensé que el mundo de los ciegos sería muy aburrido, triste y deprimente, teniendo en casa a uno todo lo contrario, pero, en fin, nos meten la idea o al menos así llegamos a creer muchas personas que no teníamos discapacidad.

Pero aprendí poco a poco a rehabilitarme, encontré por segunda ocasión el amor, volvió el amor con mayor intensidad al deseo de cantar, tuve mis primeros amigos; en fin, poco a poco fui adaptándome a mi nueva vida. Para eso, cuando yo veía, ya no quise seguir estudiando, así que me quedé en quinto grado de primaria, y pues ya no tuve más inspiraciones mas que cantar y trabajar con la música. 

En esa misma escuela, me ofrecieron terminar mi primaria abierta, para eso yo ya tenía como unos 16 años, y ni hablar, sin tantas ganas me puse a estudiar, y en un año terminé mi primaria abierta, fue bien lindo, que hasta una chica que estaba de voluntaria haciendo su servicio social, me invitó a comer, y fue la primera vez que pisé un restaurante con una amiga.

Conforme pasaron los años, seguí en la música, llegué a participar en algunos concursos de canto, a nivel nacional y local. El más impresionante he inolvidable para mí, fue en Villa Hermosa Tabasco, salir de casa fue un lío, pero gracias a mi hermano, logré viajar y llegar a casa con el primer lugar en la categoría solista. Y ahí se me abrieron otras puertas para otros trabajos, seguir asistiendo año tras años a Tabasco, donde ya no tuve algún lugar, pero el siguiente me levanto y vuelvo a ganar, hasta el 2001, que fue el último concurso de canto a nivel nacional, pero ya solo fui a despedirme cantando a dúo, obteniendo de nueva cuenta el primer lugar.

¡Gracias a esos eventos y lugares donde llegué a conocer, así como en la Ciudad de México, me invitaban a eventos políticos, sociales, universidades y otros lados donde mi canto era agradable para aquellos oídos de personas importantes, bueno, así lo creía!

Fui usuaria de una linda perrita guía, y el tener mayor independencia, me ayudó muchísimo, porque así ya no me estaría cuidando mi hermano, y mis padres ya no me seguirían sobreprotegiendo. Así que sin tanto problema podía llegar algo noche luego de mis eventos religiosos que me invitaban, porque también me integré a evangelizar a través de la música.

En esa época, ya había aprendido a vivir con todo y mi discapacidad, pero aún no la aceptaba, me daba pena usar aún el bastón que ya ni era necesario por mi perra guía, y ya mi vista estaba disminuyendo cada vez más, pero aún no podía aceptarme del todo, pero en esas experiencias a Dios gracias, a través de un testimonio de una chica ciega que escuché, me movió tanto, que cuando escuché su experiencia de vida y la sanación que tuvo por su ceguera, a partir de ese instante, mi vida cambió. 

Contaba como por 25 años, cuando serví a Dios un par de años más, me casé y seguí trabajando, dando clases de música, continué mis estudios y concluí mi secundaria abierta. Estudiaba aún estando en la edad de soñar y seguir por el camino que ni yo sabía podía llegar. 

Un par de años después, ¡llegó la oportunidad de estudiar ahora la prepa! Y con la ayuda de lindas personas, a pesar de momentos tan difíciles luego de un año y con mucho trabajo, concluía ya por fin mi bachilleres.

En fin, como 2 años después, me animan a estudiar la licenciatura, al principio yo quería comunicación, pero una personita me convence a estudiar derecho, así que estuve dentro de mi carrera en una escuela privada, porque yo pensaba que, por mi edad, en una escuela pública ya no me admitirían, y menos por mi discapacidad. Estuve varias veces por salirme, no me adaptaba a la escuela, a mis compañeros y uno que otro maestro, medios pesados o al menos para mí muy exigentes. 

Esta última etapa para mí, fue muy importante y a la vez muy difícil, porque me divorcié y yo, no tenía trabajo, Pero gracias a Dios años después, quedo seleccionada para trabajar en el gobierno, y ya estaba estudiando mi especialidad en Derecho Civil para titularme, y un poco, vuelvo a medio recuperarme; conocí a tantas personas tan bellas para salir adelante y entre ellas a un ser que me motivó en este recorrido como persona, trabajadora y aún estudiante, juntos emprendimos un grupo de WhatsApp que por nombre le puse: “Café Literario Incluyente México” – CALIINMEX. Un proyecto que está a favor de la inclusión, al derecho y respeto humano de las personas con y sin discapacidad; que promueve, difunde y fomenta la literatura, el arte y cultura. Ingresa a la página en Facebook de CALIINMEX

Actualmente soy: 

Asesora Jurídica en la Dirección General Jurídica y de Estudios Legislativos de la Ciudad de México.

Promotora y Capacitadora para la Inclusión e Integración para los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Sigo en la música, aunque ya no con el mismo tiempo que antes, como cantante y profesora de canto. Organizo eventos artísticos con un gran equipo del mismo grupo CALIINMEX, del que les hablé, y ahora comparto dentro de las redes sociales algunos conversatorios acerca de la inclusión, trato adecuado y lenguaje incluyente de las personas con discapacidad.

Porque creo definitivamente que la tarea de informar, capacitar, de crear programas para la inclusión e ir eliminando la discriminación que muchos vivimos, no es solo la tarea del Estado, sino también de nosotros que vivimos dentro de esta sociedad como personas que somos. A nosotros nos corresponde también ir eliminando las barreras desde el seno familiar, hasta donde queremos y tenemos derecho a disfrutar dignamente como personas, profesionistas, padres de familia etc.

Es por ello que a través del grupo Caliinmex, en mis platicas o conferencias que me llegan a invitar, es una oportunidad de hacer llegar la información indispensable para ir eliminando esas barreras que hacen que la discapacidad sea tan marcada, me gusta capacitar y si en algo conforme a mi historia de vida y conocimiento de más de 20 años con la discapacidad visual ayuda a alguien, pongo mi granito de arena.

Para finalizar este pequeño relato acerca de mí, quiero dedicarlo muy especialmente para aquellas hermosas personas que bien y mal influyeron en mi vida para salir adelante, enseñarme a creer y confiar en mí misma.

Mi hermano Jorge que ahora en el cielo está, y que nunca olvidaré su ejemplo como hermano, ser humano y amigo, ocupado en hacerme valer por mí misma, motivándome desde niña sin darse cuenta al mundo de la música, sus enseñanzas y empuje por triunfar en la vida, sé que aún falta mucho por lograr lo que ahora sí tengo como propósito, pero seré como Él, ser y llegar hasta donde me toque llegar y no más.

Mi señor padre Isaac, que también es ya un angelito, muy duros momentos con él, pero sin duda, un hombre que al final confió en mí, me apoyó y disfrutamos juntos la música.

No terminaría en mencionar a tantas personas que tengo en mi memoria, pero estoy segura que sola con todo esto que ya compartí, no la hubiera hecho. 

Y Dios, siempre acompañándome y mostrándome duramente el camino, pero sé que por algo estoy aquí, y como cuando acepté mi discapacidad, soy una obra maravillosa de Él, y si puedo hacer y servir en algo, lo hago con mucho gusto.

Todo tiene un porqué, menos lo que la gente dice o cree de mí. Los demás, que sigan suponiendo.

Y me despido con una frase favorita que una persona me enseñó: “Y no vengo a ver si puedo, sino porque puedo vengo”.

Erika Ortiz Nava.

Como sobre nombre: Estrella o la princesa eterna.

Conoce esta y otras historias de vida en la sección Ejemplos de vida.

2 comentarios sobre “Historia de mi vida, Erika Ortiz

  1. Excelente artículo, mis felicitaciones, me siento muy orgulloso de ser amigo de una persona tan luchadora y con tanta fuerza. Aaron Vega

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *