Hay quienes su existencia en este mundo debería haber sido eterna

¿Te hubiera gustado conocer a la Madre Teresa de Calcuta?

En esta ocasión este artículo no tocará ningún tema relacionado con la discapacidad, tampoco hablaremos de la inclusión de las personas con discapacidad; hablaremos de una gran persona, y no por su estatura ya que era una persona muy bajita, sino una gran persona por todo lo que hizo por la humanidad y las enormes enseñanzas que nos legó. Pocas personas en el mundo han sido catalogadas como seres extraordinarios, su presencia en este mundo fue una muestra real de la existencia de Dios, nos estamos refiriendo a la Madre Teresa de Calcuta.

Para recordarla, haremos una breve sinopsis de su vida y detallaremos algunas de sus hermosas enseñanzas.

Su vida, una caricia de Dios para la humanidad:

El 5 de septiembre de 1997, en Calcuta, India, murió una mujer que dedicó su vida a las personas en situación de pobreza, enfermos, huérfanos y moribundos, ese día se apagaba la vida de la Madre Teresa de Calcuta. 

Nacida el 26 de agosto de 1910 en Uskub, Imperio Otomano, luego Albania y actual Macedonia, su padre, un político Albanés, la bautizó con el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu, del que “Gonxha”, significa “Capullo de rosa”.

La profunda religiosidad de su madre despertó en Agnes la vocación de misionera; siendo aún una niña, ingresó en la Congregación Mariana de las Hijas de María, donde inició su actividad de asistencia a los necesitados.

Cuando su padre fue envenenado, Agnes se volcó a la religión. A los 18 años decidió que estaba destinada a la vida religiosa y optó por cambiar su nombre a “Teresa” en referencia a la santa patrona de los misioneros, Teresa de Lisieux. 

Viajó a Rathfarnham, Irlanda y se internó en la Abadía de Loreto, perteneciente a la Instituto de la Bienaventurada Virgen María, donde pasó los siguientes 20 años y ya nunca volvió a ver a su familia. Luego de hacer sus votos de pobreza, castidad y obediencia en 1931, realizó un breve viaje a Calcuta donde conoció la extrema pobreza, jamás lo pudo sacar de su mente. 

En 1946, recibió el “llamado de dios” a trabajar solo para los pobres. Luego de un curso de medicina básica en París se trasladó a la India, en 1950 consiguió la ciudadanía y pasó a ser su hogar. Llena de dificultades económicas pasó hambre y vivió en la pobreza que combatía, enseñó a leer a miles de niños, fue enfermera y lideró pedidos al Vaticano de ayuda humanitaria rara vez atendidos, aunque le autorizaron a fundar “La orden de las misioneras de la Caridad”, desde la que brindó ayuda humanitaria en toda la India. 

Fundó escuelas, hospicios, hospitales rurales, atendió personalmente a moribundos, leprosos y hambrientos, su orden basada en la caridad creció rápidamente. Hoy tiene 500 misiones en más de 120 países y en ella trabajan más de 5 mil personas. En 1971 durante la Guerra de Liberación de Bangladesh, refugió a miles de mujeres para protegerlas de violaciones y abusos por parte de las milicias. Por esta y otras actitudes obtuvo en 1979 el Premio Nobel de la Paz y en 1980 el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna. 

El enorme prestigio moral que la Madre Teresa de Calcuta supo acreditar con su labor en favor de “los pobres más pobres”, llevó a la Santa Sede a designarla representante ante la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas, celebrada en México en 1975, con ocasión del Año Internacional de la Mujer, donde formuló su ideario basado en la acción por encima de las organizaciones. 

En 1981, fundó el “Movimiento Corpus Christi” y en 1983 la rama masculina de las misiones de caridad, pero un infarto mientras visitaba al Papa Juan Pablo II resintió su salud. A pesar de ello jamás dejó de misionar y se repuso de otro ataque en 1989, de una neumonía en 1991 y de malaria en 1996. 

Finalmente, la Madre Teresa falleció el 5 de septiembre de 1997, a los 87 años de edad. La India le dio el estatus de funeral de estado y su féretro fue llevado en el mismo carruaje que el cuerpo de Mahatma Gandhi. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II, otorgándole el título de beata Teresa de Calcuta el 19 de Octubre de 2003.

El 4 de septiembre de 2016, el Papa Francisco proclamó Santa a la Madre Teresa de Calcuta, la santa de los pobres. A la misa de proclamación en San Pedro, asistieron más de 100 mil fieles; muchos la consideraban santa desde hace tiempo, pero la pequeña gran mujer albanesa que dedicó su vida a cuidar a los más pobres entre los pobres de la India, ahora lo es oficialmente. Una reliquia de la madre Teresa de Calcuta fue colocada junto al altar mayor del atrio de la Plaza de San Pedro.

El maravilloso e invaluable Legado de la Madre Teresa de Calcuta.

Quizá la orden que fundó, cuyo objetivo es ayudar a “los más pobres de los pobres”, es la parte menor de su legado; la mayor fue erigirse en un ejemplo inspirador reciente, en la prueba palpable y viva de cómo la generosidad, la abnegación y la entrega a los demás también tienen sentido en tiempos modernos.

Enérgica y decidida en sus propósitos, la Madre Teresa de Calcuta pronunció el que sería el principio fundamental de su mensaje y de su acción: “Quiero llevar el amor de Dios a los pobres más pobres; quiero demostrarles que Dios ama el mundo y que les ama a ellos”.

“Para nosotras no tiene la menor importancia la fe que profesan las personas a las que prestamos asistencia. Nuestro criterio de ayuda no son las creencias, sino la necesidad. Jamás permitiremos que alguien se aleje de nosotras sin sentirse mejor y más feliz, pues hay en el mundo otra pobreza peor que la material: el desprecio que los marginados reciben de la sociedad, que es la más insoportable de las pobrezas”.

La Madre Teresa llamó a la humildad “la madre de todas las virtudes”. “Si eres humilde, nada te tocará, ni elogios ni vergüenzas, porque sabes lo que eres. Si te culpan, no te desanimarás. Si te llaman santo no te pondrás en un pedestal”.

De esta manera, la Madre Teresa elaboró una lista sobre formas de cultivar la humildad para las Misioneras de la Caridad, la congregación que fundó:

  1. Habla lo menos posible sobre ti.
  2. Mantente ocupado en tus propios asuntos y no con los de los demás.
  3. Evita la curiosidad, (se refiere a querer saber cosas que no deberían preocuparte).
  4. No interferir en los asuntos de los demás.
  5. Acepta pequeñas irritaciones con buen humor.
  6. No te detengas en las faltas de los demás.
  7. Acepta censuras, incluso si no son merecidas.
  8. Ceder a la voluntad de los demás.
  9. Acepta insultos y heridas.
  10. Acepta el desprecio, ser olvidado y desatendido.
  11. Sé cortés y delicado incluso cuando seas provocado por alguien.
  12. No busques ser admirado y amado.
  13. No te protejas detrás de tu propia dignidad.
  14. Cede, en discusiones, incluso cuando tengas razón.
  15. Elige siempre la tarea más difícil.

Comentario final.

Definitivamente, la vida, actitudes, virtudes, enseñanzas, ejemplo, amor a la vida, entre mil cualidades más de la Madre Teresa de Calcuta, la hacen un ser extraordinario y eterno; su legado es algo maravilloso, que aun con el transcurso del tiempo, sigue vigente y con más aplicación que nunca en nuestra vida diaria. 

Artículo escrito por  José Antonio Anguiano Cortés, que se publica en el blog Hit Discapacidad, bajo la responsabilidad del autor.

2 comentarios sobre “Hay quienes su existencia en este mundo debería haber sido eterna

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