Estereotipos y educación no incluyente, limitan el desarrollo de niñas y mujeres con discapacidad en la ciencia

En el mundo, el número de mujeres en STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), es aún mucho menor que el número de hombres, tanto en la etapa escolar como en la etapa profesional. Esto, debido a distintos motivos entre los que destacan estereotipos de género que aún persisten en la sociedad, y que impactan también en el reducido número de mujeres con discapacidad en la ciencia y tecnología.

Según el informe “Descifrar el código, la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM)” publicado por la UNESCO en 2019, en el mundo, las mujeres representan solo el 35% de los estudiantes matriculados en los estudios de las áreas relacionadas con STEM.

Cada 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia. Tomamos este día como motivo para profundizar en el tema de las mujeres con discapacidad como estudiantes y profesionistas en áreas relacionadas con la ciencia y la tecnología.

Sesgos y estereotipos detrás de los porcentajes

Según distintas investigaciones, detrás del reducido número de mujeres en ciencia y tecnología, se encuentran estereotipos de género que persisten en nuestra sociedad, y que impactan no sólo al momento de que una joven decide qué carrera estudiar, sino también, en la deserción durante la carrera.

Según el informe de la UNESCO, a medida que crecen, las niñas pierden el interés en las materias STEM y se pueden apreciar menores niveles de participación en los últimos años de educación secundaria.

Las mujeres abandonan las disciplinas STEM en números desproporcionados durante sus estudios superiores, en su transición al mundo laboral e incluso durante la etapa laboral.

Salvador Ángeles Ramírez, director del Programa de Tecnologías de la Información en la institución Ilumina, Ceguera y Baja Visión, indicó que el bajo número de mujeres con discapacidad visual interesadas en tecnología, no está relacionado directamente con la discapacidad.

“A lo largo del tiempo que llevo brindando capacitación tecnológica en Ilumina, Ceguera y Baja Visión, he tenido el privilegio de capacitar a mujeres con discapacidad visual muy interesadas en temas tecnológicos. Lo que sí es una constante en los cursos de tecnología que impartimos, es que el porcentaje de personas que se registran a los cursos mayoritariamente es de hombres.”

Por su parte, Yudi Alexandra Gómez Rojas, instructora de tiflotecnología en la misma institución, coincidió en que la relación del bajo número de mujeres con discapacidad en tecnología está relacionado con los estereotipos ocupacionales que impone la sociedad a cada uno de los géneros.

“Creo que las mujeres sienten temor de involucrarse en un ámbito tan masculino y más en países o regiones que se conocen por su alto grado de machismo. Temen no ser tomadas en cuenta, no ser respetadas, remuneradas con igualdad y sobre todo dudan de sus propias capacidades, pues lo que siempre han escuchado es que se necesita ser frío y calculador para hacerlo y, en muchos casos, a muchas mujeres nos cuesta tratar de definirnos así porque va totalmente contrario a lo que como género nos han enseñado que debemos ser” indicó la instructora de tiflotecnología.  

Esto se ve reflejado cuando una mujer decide dejar sus estudios por convertirse en madre, por ser responsable del cuidado de un familiar, por falta de apoyo de su familia al considerar estas carreras exclusivas del género masculino, por casarse, entre otras situaciones.

Platicamos con Hilda Laura Vázquez Villanueva, persona con discapacidad visual experta en accesibilidad web, tiflotecnología y derechos humanos de las personas con discapacidad. Indicó que las barreras culturales son uno de los principales motivos que contribuyen al número reducido de mujeres con discapacidad en la educación superior.

“A las mujeres con discapacidad visual sí se les incorpora a las labores del hogar, al cuidado de la casa, de los sobrinos, pero no se les tenía contempladas para que estudiaran ni siquiera la educación media superior o superior. Ni siquiera se contemplaba que pudieran hacerlo o que incluso desarrollaran habilidades para tener una vida plena. La familia pensaba que se iban a quedar siempre en la casa cuidando a la mamá o al papá. No generaban una expectativa de un plan de vida en autorrealización. Menos involucrarse en otras actividades.”

Comencemos por una educación incluyente

En México, son pocas las universidades que han logrado consolidar una política inclusiva de carácter institucional. A decir de Judith Pérez Castro, en un artículo redactado para la revista Sinéctica, las acciones más frecuentes se encuentran en los ámbitos de la accesibilidad física como la instalación de rampas, designación de cajones de estacionamiento y sanitarios, instalación de señalética y cambios de aulas para los estudiantes con discapacidad.

De igual forma, han realizado ajustes en los servicios generales como organización de actividades académicas, campañas de sensibilización y oferta de cursos de formación continua, diplomados y posgrados. Sin embargo, pocas instituciones han logrado concretar cambios en sus políticas y normatividad.

Este factor impacta en la continuidad de las personas con discapacidad en la educación superior. Si en general, el número de mujeres en carreras STEM es menor al de los hombres, y los sesgos de género provocan que exista un alto número de deserción durante la carrera, estudiar en una universidad sin políticas incluyentes provoca que el abandono de mujeres con discapacidad de estas carreras sea mayor.

Como indica Hilda Laura, en las universidades e incluso en la educación básica, “no han transmitido el conocimiento de forma correcta. Por ejemplo, elementos abstractos que en el lenguaje coloquial son conocimientos que los maestros ejemplifican en pizarrones o las pantallas. Muchas veces a las personas con discapacidad visual se les va relegando en ese sentido porque no hay herramientas o técnicas suficientes para transmitir el conocimiento y prácticamente te pasan por aprenderte la teoría. Entonces vas pasando la materia pero no es eficaz y no permite generar ese gusto o acercamiento por otras áreas que no sean la áreas de humanidades, sociales, idiomas, que prácticamente es mínima su aplicación en matemáticas”.

A partir de 2020 además, nos enfrentamos a un cambio en la educación al desarrollarse a distancia. La falta de capacitación de las mujeres en el uso de herramientas de trabajo colaborativo a distancia como video llamadas o plataformas de educación en línea, así como la inaccesibilidad de algunas de estas plataformas tecnológicas, suman un factor adicional que impacta de manera negativa en la continuidad.

Cómo incrementar el número de mujeres en STEM

Mostremos a las niñas y a las mujeres que sí es alcanzable: Uno de los esfuerzos para combatir estereotipos alrededor de las profesiones relacionadas con ciencia y tecnología es asegurar y mostrar a las niñas con discapacidad que las carreras STEM son alcanzables, que son una posibilidad. 

Promover el interés desde edades tempranas: Los sistemas educacionales y las escuelas juegan un rol central en fomentar el interés de las niñas en las materias STEM y en proporcionar igualdad de oportunidades para acceder y beneficiarse de la educación STEM de calidad.

Evitemos sesgos: Las normas sociales, culturales y de género, influyen en la forma en que las niñas y los niños son criados, aprenden e interactúan con sus

padres, su familia, sus amigos, sus profesores y la comunidad y que conforman su identidad, sus creencias, su conducta y sus elecciones. A menudo se cría a las niñas con la idea de que las disciplinas STEM son temas “masculinos” y que las aptitudes femeninas en estos campos son innatamente inferiores a las de los varones. Esto puede reducir la confianza, el interés y el deseo de las niñas de comprometerse en el estudio de dichas materias.

Más profesoras mujeres en STEM: La calidad de la docencia y la especialización en las disciplinas STEM son esenciales para la educación de calidad en esta área. El análisis realizado por la UNESCO dio como resultado el que, al parecer, el género de los profesores STEM también hace la diferencia. Las profesoras tienen una

influencia positiva en el rendimiento de las niñas y en su interés en seguir estudios superiores y carreras en ciencia y tecnología. Las niñas también parecieran rendir mejor cuando las estrategias docentes toman en consideración sus necesidades de

aprendizaje y cuando las profesoras tienen altas expectativas de ellas en estas materias y las tratan sin hacer distinciones. En contraste, la experiencia de aprendizaje de las niñas en STEM se ve comprometida cuando los profesores tienen puntos de vista estereotipados acerca de las capacidades en base al género o tratan en forma diferente a niños y niñas en la sala de clases.

Eliminar las barreras de acceso a la participación laboral: Para quienes lograron estudiar, posteriormente se enfrentan a barreras en el ámbito laboral. Como no hay un proceso para buscar una inserción laboral, es difícil encontrar un trabajo. Sin embargo, una posibilidad también es el emprendimiento, un camino que las mujeres con discapacidad pueden trazar desde el momento de elegir una carrera.

Tengamos referentes


Empujar a que las niñas con discapacidad se visualicen a sí mismas en las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas puede hacer una diferencia en su decisión de carrera. Contribuye también a disminuir los sesgos que tenemos de quiénes sí pueden ser científicos o ingenieros.

En este artículo mencionaremos a una joven mujer que se ha convertido en un referente para muchas niñas y adolescentes con discapacidad visual.

Sandra Timón es una mujer de 26 años, ingeniera en software. Su discapacidad es sordoceguera. Actualmente trabaja en Microsoft España como desarrolladora de software. 

En 2019 obtuvo el Premio Nacional de Juventud en España por ser un referente para muchas mujeres con discapacidad, por su labor concientizando sobre la importancia de la accesibilidad dentro y fuera de su empresa, así como por reivindicar el colectivo de personas sordociegas.

“Mi trabajo en  Microsoft consiste en, principalmente, desarrolladora de software y, por supuesto, en el departamento de accesibilidad, tanto a nivel de reportar fallos de accesibilidad, como a la hora de desarrollar herramientas accesibles. No se suele tener en cuenta discapacidades múltiples, como es la sordoceguera.” Comentó Sandra en una entrevista para Injuve España. Te compartimos este video donde podrás conocer más de ella. Abrir video de Sandra TImón, mujer sordociega desarrolladora de software

Opciones en México para el aprendizaje de tecnología

En México existen distintas opciones para que las mujeres con discapacidad visual se acerquen al aprendizaje de la tecnología.

Las instituciones universitarias están abiertas para recibir a mujeres con discapacidad visual que requieran formarse en una carrera tecnológica.

De igual forma, Ilumina, Ceguera y Baja Visión es una institución que cuenta con distintos cursos como desarrollo web, dirigidos a personas con discapacidad visual. Actualmente se desarrollan en línea. Enlace para ingresar al sitio web de Ilumina.

Laboratoria es otra opción abierta a mujeres con discapacidad visual. Cuenta con un bootcamp de 6 meses para aprender desarrollo web. Como se indica en su sitio web: Es sólo para mujeres porque faltan demasiadas en el sector tecnológico. Enlace para ingresar al sitio web de Laboratoria.

Empecemos desde casa y por nosotras mismas

Sólo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de física, química o medicina desde que Marie Curie lo obtuvo en 1903, en comparación con 572 hombres.

Actualmente, solo el 28% de todos los investigadores en el mundo son mujeres.

En las acciones de nuestro día a día podemos hacer a un lado sesgos que, sin darnos cuenta, reducen el interés o fomentan el miedo de las mujeres a involucrarse en carreras relacionadas con ciencia y tecnología. Identifiquemos esos sesgos para eliminarlos.

Nunca es tarde para comenzar en el mundo de la tecnología. No es necesario ser niña o joven para iniciar un curso. Instituciones como Ilumina imparten clases a mujeres adultas con discapacidad visual para aprender a desarrollar páginas de internet.

Si bien existen barreras, las mujeres con discapacidad pueden jugar un rol clave para incidir activamente en distintas áreas.

“Hacer conciencia a las mujeres con discapacidad visual entre más podemos empoderarnos, tenemos que empoderar a más. Busquemos una participación eficaz en diferentes ámbitos buscando la dignificación de la educación desde niveles elementales para que más niñas con discapacidad visual se preparen, participen, les guste intervenir en estas áreas. Busquemos hacer cambios que no sólo sea que te guste estos temas sino que puedas desarrollar, validar y participar desde otros ámbitos, no sólo directamente de la discapacidad sino también, por ejemplo, desde la accesibilidad web.” concluyó Hilda Laura.

Si conoces a una mujer con discapacidad que se dedica a la ciencia, tecnología o que es ingeniera, compártenos en los comentarios su nombre e invítala a escribir en nuestro blog. Queremos más mujeres referentes para las niñas.

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