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“Puede que yo no sea muy listo, pero sí sé lo que es el amor”.– Frase de la película Forrest Gump.
He escuchado en repetidas ocasiones hablar de la falta de inclusión, de las barreras, de las marcadas diferencias impuestas a las personas con discapacidad prácticamente en todos los ámbitos, por mencionar algunos, los encuentro en lo laboral, el deporte, las diversiones, la cultura, en lo educativo, entre otros, pero lo que realmente resulta inaceptable y se ve tan normal que pasan desapercibidas, son las barreras que también existen en las relaciones afectivas.
Los mismos prejuicios que impiden que una persona con discapacidad, independientemente del tipo de discapacidad de que se trate, podamos acceder a una oportunidad laboral, son los mismos a los que nos enfrentamos para establecer una relación afectiva.
Las personas con discapacidad, al igual que todas las personas, tenemos la capacidad, la necesidad y el deseo de enamorarnos, tener amistades, tener una pareja, tener hijos, en resumen, vivir una relación afectiva igual que todos.
Si bien es cierto que hay mucho desconocimiento por parte de la sociedad, también lo es que en nuestra decisión, actitud y mentalidad depende que nos vean más como personas, que como una determinada discapacidad. El miedo al rechazo sigue estando muy presente en nuestra mente, de ahí que las relaciones afectivas sean uno de los aspectos que más nos preocupan a las personas con discapacidad.
Falsas creencias, que desde mi punto de vista existen para una relación entre una persona con discapacidad y una que no la tiene
Antes de comentar las falsas creencias que se tienen de manera general, una cosa es bien cierto, que las personas ya sea con discapacidad o sin ella, tenemos más semejanzas que diferencias, y compartimos necesidades emocionales y afectivas muy similares.
Otros dos aspectos importantes son: el primero, aunque parece título de película o de obra de teatro, es que el amor no tiene barreras físicas; el segundo, que todos tenemos derecho a desarrollarnos afectiva y sexualmente, a expresar nuestros sentimientos, pensamientos, sueños e ilusiones.
Las siguientes son las falsas creencias
- Las personas con discapacidad únicamente pueden salir con una persona con discapacidad, esta es una de las creencias o mitos más difundidos, puede existir cierta razón en que la situación en general de una persona con discapacidad, es mejor comprendida por quienes están en una situación similar o han vivido una experiencia parecida. El antídoto perfecto para echar por tierra esta creencia, es que la empatía y la comprensión resultan vitales en una relación de amistad o de pareja.
- Tener una pareja con discapacidad es sinónimo de no tener una vida sexual plena y satisfactoria, creencia por demás absurda, toda vez que la sexualidad es un hecho que nos iguala a todas las personas, por lo que es fundamental que logremos cambiar los paradigmas sobre la sexualidad de las personas con discapacidad.
- Si mi pareja tiene una discapacidad, no podré tener hijos ni formar totalmente una familia, esta creencia va muy relacionada con la anterior, ya que es un grave error asociar la discapacidad de una persona a la imposibilidad de tener hijos o formar una familia. Las personas con discapacidad tenemos la plena capacidad de tener hijos y formar una bonita familia basada en el amor, el respeto, la comprensión y la empatía. La imposibilidad de tener hijos, no depende de si se tiene una discapacidad o no, son otros los factores que pueden provocarlo.
- Si salgo con una persona con discapacidad se terminaron las reuniones sociales, fiestas, paseos, y todo tipo de diversiones, esta es una creencia por demás equivocada, ya que las personas con discapacidad estamos en posibilidades de tener una vida muy activa: podemos practicar ejercicio y deporte adaptado, viajar, salir con amigos, ir al cine, ir a tomar un café, entre muchas actividades; afortunadamente cada vez son más los espacios públicos accesibles, así como la aceptación y comprensión hacia la discapacidad en general.
- Si mi pareja tiene una discapacidad, será totalmente dependiente de mí, esta falsa creencia es la que provoca en su gran mayoría que las personas sin discapacidad, se rehusen a salir con una persona con discapacidad, pero nada más alejado de la realidad, ya que muchas personas con discapacidad somos muy independientes, por diversos motivos, como son nuestra preparación escolar, porque nos hemos preocupado, más bien ocupado en adiestrarnos en diversos aspectos, por nuestras inquietudes personales y porque hemos aceptado nuestra realidad y hemos aprendido a vivir nuestra vida diaria.
- Si mi pareja tiene discapacidad, la relación entre nosotros será de enfermero (a) – paciente, otra de las creencias por demás absurda, ya que debe de quedar muy claro que quienes tenemos una discapacidad, no somos persona enfermas.
Opinión Personal
La celebración del 14 de febrero, día del amor y la amistad, al igual que muchas de las actividades que día a día hacemos, depende de cada uno de nosotros, no podemos, ni debemos esperar a que por que somos personas con discapacidad, las personas que nos rodean la tienen que realizar por nuestra cuenta.
En todas las situaciones a las que nos enfrentamos, incluyendo una celebración como la que hemos mencionado en este artículo, tenemos que mentalizarnos que somos exactamente igual que cualquier persona, con la única diferencia de la discapacidad que tengamos, pero que no nos limita a manifestar abiertamente y con sinceridad nuestros sentimientos.
Quiero hacer una invitación a todas las personas, con discapacidad o sin ella, para que hagamos extensivo para todos los días del año, incluso de nuestra vida, lo que un día como el 14 de febrero motiva en cada uno de nosotros.
Para finalizar, les comparto esta breve reflexión:
Qué hermoso es el amor, cuando no tienes que buscarlo, cuando el te ha encontrado.
Cuando solito ha llegado, sin pensarlo, sin esperarlo.
El amor cuando es recíproco, hay que disfrutarlo.
Bendito amor, que la puerta ha tocado.
Hay que abrirle y recibirle con los brazos abiertos.
El amor, nos hace sentir completos .
Artículo escrito por José Antonio Anguiano Cortés, Fundador de HIT.- Hagamos de la Inclusión un Todo
Que maravillosas reflexiones, nos hacen analizar y entender a todos somos seres humanos con las mismas necesidades y deseos, que merecemos vivir las mismas experiencias y que las únicas limitantes que tenemos somos las que los otros nos generamos en nuestra mente.
Aprendamos a amar más y a juzgar menos
Estimada Lilia, nos agrada mucho tus constantes comentarios a nuestros artículos, de manera muy especial tus opiniones acerca de éste, son de gran valía y ojalá fuera la forma de pensar de todas las personas, eso haría que las cosas fueran más accesibles para las personas con discapacidad. Saludos cordiales