A manera de reflexión. Mi experiencia personal, los valores y el sentido de vida

Al  despertar una mañana, recordé que en mi sueño había visto con toda claridad y  con gran colorido, un hermoso paisaje del cual pude apreciar cada uno de los detalles, que la maravillosa naturaleza nos regala. Disfruté aunque fuera por algunos momentos, la mezcla de colores entre tonos de verdes, azules, rojos,  naranjas, cafés y blancos que dibujaban un paisaje quizás muchas veces visto, pero pocas veces apreciado con tanto asombro.

Reflexioné entonces sobre los dones que la vida nos da, y recordé que Viktor Frankl le llama VALORES DE EXPERIENCIA, y el más importante es el amor, empezando por el amor a uno mismo, para poder dar amor a la pareja, a  nuestros seres queridos y a los demás. Expresemos nuestro amor con un abrazo, una caricia, una palabra cariñosa, una palabra de aliento o de consuelo; porque esta es una de las formas de encontrar sentido en la vida.

Otra forma de encontrar sentido, es a través de los VALORES DE CREACIÓN, que es lo que nosotros podemos ofrecer al mundo, desde esta única forma de ser y hacer las cosas, principalmente por medio de nuestro trabajo. En  este sentido, es importante descubrir cuáles son nuestras aptitudes,  capacidades,  habilidades y  talentos que debemos desarrollar y  desde ahí poder aportar algo al mundo.

Pregúntate: ¿Cuál es mi vocación?, ¿Qué es aquello que yo sé hacer, que me gusta y me interesa?, ¿Qué me gustaría aprender?, ¿Cuáles son mis aptitudes?, ¿Qué habilidades quiero desarrollar? Estas preguntas pueden servirte de guía para encontrar sentido en la profesión, oficio o actividad que tú realizas. 

En  algunas ocasiones, la vida nos coloca frente a situaciones que nos dan la oportunidad de descubrirnos, desarrollar nuevas capacidades y habilidades; porque somos infinitas posibilidades.

Desde  mi experiencia personal, cuando yo fui perdiendo la vista, me di cuenta que tenía que moverme y buscar nuevos caminos, entonces  me retiré de mi trabajo como maestra de primaria y comencé a  aprender el sistema braille, aprendí a  usar la computadora a través de un software parlante y a usar el bastón para desplazarme; gracias a esto pude encontrar nuevos propósitos  en mi vida, y aprender nuevas habilidades, que me permitieron desarrollarme y cursar la especialidad en logoterapia. Esta formación, me ha permitido trabajar y  ofrecer mis servicios como Maestra de braille y Logoterapeuta.

El  dolor y  las lágrimas han sido inevitables en el proceso de la pérdida de mi vista, pero también he aprendido a ser más sensible, comprensiva y solidaria con los demás. He aprendido a  vivir dignamente con esta condición de vida.

En esta última parte, tocaré un tema difícil y doloroso pero inevitable, cuando la vida nos coloca frente a situaciones de pérdidas.

“El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede erradicarse, como no pueden apartarse el destino o la muerte. Sin todos ellos la vida no es completa”.

Viktor Frankl nos enseña que los VALORES DE ACTITUD son aquellos donde  tenemos la libertad de tomar una actitud frente a  las situaciones que no podemos cambiar, como la muerte y las pérdidas. Él nos demuestra que en el ser humano existe la fuerza desafiante del espíritu, con la cual afrontamos y trascendemos las situaciones adversas de nuestras vidas. Una vez que el dolor es más tolerable, una nueva luz ilumina nuestro camino, entonces podemos encontrar un nuevo sentido y  autotrascender, saliendo de nosotros mismos para ayudar a otros. Pues es en el encuentro con los demás que nos construimos y crecemos como personas creando un mundo mejor.

La  vida está llena de contrastes:

La vida es dulce y  amarga, no podría existir la alegría sin la tristeza, el día sin la noche, así como también la luz sin la oscuridad. 

¡APRENDAMOS A  DECIRLE SÍ A  LA VIDA A PESAR DE TODO!

Colaboración Especial: Noemí Arguelles Merecigo, persona con discapacidad visual.

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