“Mi próximo reto es subir la escalera de madera más larga en el mundo, los escalones Florli en Noruega, ¡Son 4 mil 444 escalones en total! Nadie sabe cuál será el reto después de este”.- Ruairi Corr, joven con la discapacidad múltiple de la sordoceguera
Seguramente todos tenemos en nuestra mente el mes de febrero del 2020, específicamente el día 27 escuchamos en las noticias que se había detectado en nuestro País el primer caso de covid-19, pero con gran simpleza las autoridades sanitarias nos comentaron con sabiduría y dominio del tema que no había de que preocuparnos que era como una simple gripa.
Los tres años que desde esa fecha han transcurrido, la mayoría de nosotros la asociamos a cosas malas, sucesos que no queremos recordar y a pérdidas importantes que aún nos duelen; pero en mi opinión fue un periodo de aprendizaje, de descubrir talentos que no conocíamos, de hacer un mayor uso de la tecnología, de conocer aunque fuera a distancia a nuevas personas, entre otros beneficios que nos trajo.
Uno de los acontecimientos maravillosos que nos trajo fue el de que familias enteras, integradas por abuelitos, papás, nietos e hijos pequeños pudimos conocer a un grupo de personas extraordinarias que forman parte de un club, que desde su nombre enamora “El Club de Cuenta Cuentos”.
El Club de Cuenta Cuentos realiza reuniones a través de la plataforma zoom los lunes, miércoles y viernes de 8 a 9 de la noche, llamada “La pijamada de cuentos”, en donde cinco integrantes del club leen con gran amor, ternura y gran profesionalismo divertidos cuentos a los niños y niñas, en su mayoría acompañados de sus papás y abuelitos, que participan con mucho entusiasmo en esas reuniones.
Para estas fechas están por llegar a las 500 pijamadas de cuentos y cada vez lo hacen con más dedicación y esmero, por lo que les quiero compartir el enlace de la plataforma zoom del Club de Cuenta Cuentos para que se puedan conectar los días señalados a la hora indicada, estoy seguro que no se van a arrepentir y se convertirán en asiduos participantes de estas reuniones.
En la piyamada del último lunes de febrero pasado, contaron una historia que me fascinó, porque además es un caso de la vida real y se los transcribo a continuación para que se den una idea del tipo de cuentos que escucharán en las famosas “Pijamadas de cuentos”:
La historia de Ruairi Corr
Mi nombre es Ruairi Corr y he sido sordo y ciego desde que tengo 6 años y medio, como consecuencia de una rara enfermedad genética llamada Adrenoleucodistrofia. Algunas personas han escuchado sobre ella porque el niño de la película “un milagro para Lorenzo” también la tiene.
Comencé mi vida viviendo en Irlanda, yendo a una escuela como cualquier otra, pero tras una transfusión de médula ósea para detener la enfermedad, es que me convertí en ciego y sordo. Mi familia se mudó al condado de Exeter, que se ubica cerca de Londres, Inglaterra, para que pudiera ir a una escuela para ciegos.
Me tomó muchos años ajustarme a mi nueva vida con discapacidad múltiple, especialmente cuando tuve que experimentar lo diferente que es la vida para personas que ven y escuchan, fue frustrante y me entristeció mucho pero no me robó la determinación y tenacidad para vivir.
Con el apoyo de mi familia y amigos he subido los tres picos y Carrantuohill que es la montaña más alta de Irlanda.
Mi mayor reto fue entrenar y correr medio maratón en Exeter en 2011 y de nuevo en 2012. El entrenamiento fue muy difícil y aburrido pero estaba determinado a hacerlo. Ambas carreras las realicé con un guía visual y en 2012 terminé por delante de algunas personas de grupos de corredores en 2 horas con 22 minutos.
Un gran logro considerando que soy también epiléptico y tengo dependencia a esteroides, de hecho terminé en la Unidad de Alta dependencia de nuestro hospital local 4 días después de la carrera de 2012 con un desbalance de electrolitos.
Lo que más me complació, fue que el dinero recaudado por el patrocinador fue suficiente para construir una casa para un hombre ciego en Malawi llamado Isaiah, que mi hermana había conocido mientras hacía voluntariado allá. Él y su familia solían vivir en un ambiente con alto riesgo de contraer malaria, pero ahora viven en una bella casa lo que les ha cambiado la vida.
Mi próximo reto es subir la escalera de madera más larga en el mundo, los escalones Florli en Noruega. ¡Son 4 mil 444 escalones en total!
Nadie sabe cuál será el reto después de ese.
Reflexión final
Yo soy de las personas que opinan que una persona con discapacidad ni es un guerrero, ni es un héroe, ni es un ejemplo de vida, pero cuándo conocemos la vida de una persona como Ruairi Corr, quien tiene la discapacidad múltiple de la sordoceguera, que está considerada como la discapacidad más vulnerable, los adjetivos que se le puedan asignar, se quedan cortos.
Este tipo de historias que como comenté líneas arriba es real, es el tipo de historia que nos debe de motivar e impulsar a todas las personas con o sin discapacidad, para fijarnos metas y luchar con todo para lograrlas; es triste darse cuenta que hay personas que tiene su capacidad al cien por ciento y viven en una zona de confort sin que nadie las moleste, ¡Que forma tan ruin de perder la vida, de desperdiciar el maravilloso regalo que día a día recibimos con el amanecer!.
Artículo escrito por José Antonio Anguiano Cortés, que se publica en el blog HIT – Hagamos de la Inclusión un Todo, bajo la responsabilidad del autor.
Felicidades por la nota.
Estimado Salvador,
Estimado Salvador, te agradecemos mucho tu comentario y siempre será de mucho valor para nosotros al venir de una persona con tanta experiencia y conocimiento de este tipo de temas. Saludos cordiales.