Una primera imagen mía.
Mi nombre es Leslie Andrea Anguiano Reséndez, actualmente tengo 21 años y estudio la carrera de Actuaría en el Estado de Guanajuato; el día de hoy les quiero contar un poco sobre mí: Soy una persona con discapacidad motriz congénita, es decir, de nacimiento a falta de mi mano derecha. Mi cabello es rizado y café castaño, soy de tez clara y mi altura y complexión son promedio.
¿Cómo es mi personalidad?
Para que conozcan un poco de mi personalidad, les comparto que me considero una persona alegre, empática, cariñosa, responsable y proactiva. Me encanta escuchar música, leer, bailar, aprender cosas nuevas, y disfrutar de mi compañía y la de mi familia y amigos.
Mi discapacidad se hizo presente desde mi nacimiento.
Como les comenté al inicio, mi discapacidad es congénita, así que cuando yo era pequeña mis papás me llevaban al Hospital Shriners en Los Ángeles, California, donde fui paciente por 10 años aproximadamente.
Me enseñaron a realizar actividades diarias con una prótesis, y también nos proporcionaron a mi familia y a mí terapeutas que ayudaron a mi autoestima, a la aceptación de mi discapacidad como algo normal, y a aprender a lidiar con comentarios o miradas de personas ajenas a nosotros.
La importancia de la familia en una discapacidad.
Quiero hacer énfasis en la importancia de un acompañamiento especial que debería haber dentro de una familia cuando hay una discapacidad involucrada. Siempre se escucha que apostamos a una inclusión de las personas con discapacidad desde un ámbito externo, o a mi parecer, es lo que más se muestra y se trata de visibilizar, pero hay que dar mucha más fuerza que la discapacidad se debe empezar a normalizar desde casa, y muchas veces esto requiere de acompañamiento de expertos.
¿Quién soy actualmente?
Actualmente, además de ser estudiante, soy líder universitaria enfocada a la inclusión de las personas con discapacidad, y miembro de la Asociación Libre Acceso A.C. Mi trayectoria empieza desde inicios de pandemia donde me fui involucrando en distintos grupos estudiantiles en materia de liderazgo, sentido de pertenencia universitaria, risoterapia, inclusión a pueblos indígenas y a personas con discapacidad.
Éste último tema, aunque si bien ha formado parte de mi vida desde siempre, lo había tratado de ver como algo ajeno a mí, y el acercamiento que tuve dentro de este grupo estudiantil me ayudó a ver la discapacidad desde otro enfoque completamente diferente.
Al involucrarme en el tema, mis ojos se abrieron a un panorama muy complejo sobre la calidad de vida que las personas con discapacidad viven en promedio en México. La falta de accesibilidad a la vida diaria que impide una participación activa y digna dentro de nuestra sociedad me intrigó cada vez más a realizar proyectos desde mi universidad que fomentaran una sensibilización y visibilidad de la comunidad de personas con discapacidad para que, nosotros como futuros profesionistas, normalicemos la diversidad de nuestra sociedad y la celebremos en vez de marcarla más.
Una experiencia hermosa y enriquecedora.
Me enorgullece compartirles que todos los proyectos que apoyé a coordinar y realicé con mi equipo, me apoyaron para ser beneficiaria de un voluntariado en Bélgica donde apoyé en una casa de asistencia para personas con discapacidad motriz junto con jóvenes de otros países. Créanme que este viaje me abrió un panorama más grande hacia los proyectos que podemos comenzar a realizar en México y seguir apostando por una participación digna de la comunidad de personas con discapacidad.
¿Qué quiero hacer para trascender?
A lo largo de mis 21 años he recorrido un camino que me ha enriquecido con diferentes perspectivas y experiencias que definieron al tema de la discapacidad como una de mis más grandes pasiones. Descubrí que me encanta compartir y ayudar a seguir visibilizando el tema a través de charlas y proyectos que, a su vez, aporten a generar el cambio hacia una comunidad más incluyente.
A la par de este crecimiento, fui aprendiendo y desaprendiendo pensamientos en relación con mi propia discapacidad, que desde pequeña había forjado desde una visión “negativa” de ella. Hasta hace pocos años yo siempre me decía a mí misma que no tenía discapacidad. Ahora, entiendo que lo que trataba de decir es que ella no me limitaba, porque al día de hoy me abrazo, y he aprendido a amarme por quien soy, y a no ver a la discapacidad como algo negativo, sino como un todo que, si bien no me limita, si forma parte de mi identidad, mis acciones y mi manera de ver el mundo.
Una vez más, me da mucho gusto leerte y me siento muy orgullosa de la persona que eres, de verdad eres una fregona Leslie, siempre te voy a admirar!!
Hola Ana Karen, nos da mucho gusto tu comentario en relación a la historia de vida de Leslie Andrea, coincidimos plenamente que es una persona admirable que ha logrado grandes cosas y seguramente seguirá cosechando muchos éxitos en su vida. Saludos cordiales.
Leslie, es un gran orgullo ver tus alcances, eres y serás un aporte más para lograr una sociedad más justa. Muchísimas felicidades por todos estos logros y los que vendrán en camino, sigue adelante persiguiendo tus ideales, pero sobre todo siendo feliz como hasta ahora.
Te amo pequeña.
Estimado José Luis muchas gracias por comentar la historia de vida de Leslie, nos gustó mucho el cariño, la admiración y el orgullo que sientes por ella, lo que seguramente la motivará a seguir logrando grandes éxitos en su vida. Saludos cordiales
Que extraordinario testimonio de vida !
Eres una persona admirable, te convertiste en una mujer valiente y emprendedora, dejaste a un lado los miedos y te enfrentaste a la vida con valor
Seguramente muchas personas al conocerte, y saber de ti, verán, con tu ejemplo, que si se puede
Dios te bendiga
Estimado lector, coincidimos plenamente con tu comentario, la historia de Leslie es un ejemplo a seguir no solo para las personas con discapacidad, sino para todas las personas en general, el deseo de superación que ella tiene es una característica que todos deberíamos de tener. Saludos cordiales