“Yo aún no se leer y escribir bien, pero mi maestro me incluye en la clase con actividades que están a mi ritmo de aprendizaje”.
Un maestro de quinto grado de educación primaria de aula regular aplicaba el tema de los volcanes de la asignatura de Ciencias Naturales, uno de los objetivos que se aplicaría con el grupo consistía en dar respuesta a un cuestionario relacionado con este tema; los alumnos tenían que darse a la tarea de buscar las respuestas en el libro de texto, y cumplir con la actividad que les había proporcionado su maestro de aula regular.
En el aula se encontraba un alumno de 11 años de edad con rezago educativo, que aunque conocía las letras, no sabía ni leer ni escribir de manera adecuada; por el grado en que se encuentra tampoco se le puede enseñar palabras tan básicas como oso, mesa, silla entre otras, ya que además podría ser objeto de burla de sus demás compañeros.
El maestro se dio a la tarea de adecuar el objetivo de la materia, donde todos los alumnos deberían de dar respuestas a las interrogantes del cuestionario, aplicando lo que conocemos como ajuste razonable educativo para este alumno en especial.
Al alumno a que nos hemos venido refiriendo, que aún no ha logrado dominar el proceso de la lecto-escritura se le dictaron palabras alusivas al tema que se estaba tratando con sus compañeros, tales como: volcán, tierra, temperatura, lava entre otras.
Una vez que el alumno escribió el dictado, con una supervisión directa del maestro, tuvo que identificar las palabras cortas de las largas.
De la misma forma se le cuestionó: ¿con qué letra empiezan las palabras?, ¿con qué terminan?, etcétera.
Si podemos observar, con el ajuste razonable aplicado por el maestro, el alumno entendió la lectura al igual que sus compañeros, sin necesidad de usar palabras tan infantiles, ya que se le tenía que hablar en el mismo lenguaje que empleaban sus compañeros y de esta manera manifestar un aprendizaje significativo en los alumnos, sin hacer menos al estudiante que cursa este grado.
Artículo del Doctor Ignacio Santiesteban Niebla, Especialista en Ceguera y Baja Visión. Culiacán, Sinaloa, México.